Allí estaba, una vez más. La enésima vez que llegaba a esa pesadilla. Y la enésima vez que me esperaba mi última batalla contra aquella armadura vieja, gigante a mi parecer.
Yo estaba a una distancia bastante razonable, llena de heridas y magulladuras, y con mi Claymore punto de romperse. Había librado exactamente 152 batallas antes de llegar a él, como siempre. 152 sangrientas y crueles batallas. Mi pasado era una de ellas, y mis ex parejas otras. Falsas amistades se repartían entre distintos escenarios, y mi familia también estaba ahí para batallar contra mí.
Siempre me resultaba, más o menos fácil, llegar hasta el final. Pero en la última batalla, siempre perdía. Y de una manera estrepitosa. Siempre perdía contra mi mayor enemigo: el miedo.
Pero algo en mi interior me dijo que eso hoy cambiaría. Hoy era más fuerte.
- Bienvenida de nuevo, amiga. ¿Preparada para perder?
- Hoy no. Hoy he venido a derrotarte de una vez por todas.
- Permíteme que me ría, jovencita. Has llegado a mí exactamente 1000 veces, y ahora me dices que me vencerás. ¡Ridículo! ¡Nadie es capaz de desafiarme y ganarme! Y mucho menos tú...
- Hoy te demostraré de qué estoy hecha de verdad.
- ¡Maldita seas! ¡Te derrotaré de nuevo!
Y vino hacia mí, más enfurecido que nunca. Pero yo estaba lista para su ataque.
Pasó peligrosamente cerca de uno de mis costados, y le esquivé. Levanté a Claymore y le decapité. El casco de la armadura cayó vacío al suelo. Le atravesé el centro de la armadura y la abrí como si de una vulgar lata de sardinas se tratase. De ella salió un espíritu qye me rodeó para finalmente ponerse frente a mí.
- Has luchado con valentía, joven, pero aun te queda mucho por andar. Me has superado en el mundo de los sueños, al igual que al resto de tus problemas, pero ahora deberás enfrentarte a la prueba más difícil, la realidad. Ahí no tendrás armadura, ni siquiera a tu preciada Claymore. Tendrás que demostrarles a todos, como has hecho conmigo, que puedes superar tus miedos.
- Entonces lo haré. Me despertaré de mi letargo y le demostraré a la gente lo que valgo.