Hace tiempo que llevo intentando escribir esto y contarte lo que ha pasado últimamente en mi vida desde que te fuiste.
La verdad es que no sé muy bien cómo empezar, así que empezaré diciéndote que el día en el que te fuiste, no me lo creí. No he sido capaz de asimilarlo en este tiempo, no he podido. Aunque vaya a tu casa (porque para mí siempre será tu casa) y vea que ya no estás sentada en el sofá, o en la cocina, acabando de preparar una fuente de filetes rusos, siento que vas a estar siempre allí. Y a mi lado, a cualquier parte que vaya.
En la Japan Weekend fui incapaz de disfrazarme. No pude. Iba a ir de Link, el primer disfraz que me hiciste, y a pesar de que estuve trabajando duro todo el fin de semana para acabar el escudo y la funda de la espada, no pude ponérmelo. El domingo me levanté, y al ver el cosplay en la silla, tan planchado, tan bien... Te ví ahí. Me acordé de cuando estuvimos haciendo el gorro, y cuando tuvimos que ir a comprar más tela porque no teníamos suficiente para acabar el faldón. Y no pude. El recuerdo era muy fuerte, y no fui capaz. No pude.
Estuve pensándome mucho si hacerme un disfraz para el Expomanga, y decidí hacerlo. Entonces, algo pasó. No creo en el cielo, pero sí que creo en lo que llamo "Un Lugar Mejor". Y creo que desde allí, me diste fuerzas, me empujaste a lanzarme y a hacerlo sola. Me diste ánimo y fuerza cuando más lo necesitaba. Y sólo te puedo dar las gracias por esto. Gracias por haberme ayudado a defenderme sola en esto. Has sido mi mayor apoyo durante estos meses, a pesar de que no estés aquí. Has sido la vocecita que me ha animado a seguir estudiando, a no desanimarme ni tirar la toalla con el Erasmus, a seguir defendiéndome y a seguir viviendo, que es lo más importante.
Conseguí ponerme ese disfraz, disfrutarlo y pensar que estarías orgullosa de mí por haberlo hecho. Y creo que lo estás. Mucho.
Aunque te fueras y no me contaras todo lo que sabías de la posguerra (sabías bastante como para llevar toda esa documentación al Archivo de la Memoria Histórica), prometo intentar averigüar todo lo que pueda, de verdad. Y sobre todo, guardar como oro en paño todos esos documentos tan antiquísimos que tienes por casa. Eso lo guardaré como un tesoro, y lo protegeré con mi vida si es necesario.
Lo dejé con mi novio (una pena que se enterara la tía antes que tú) por varias razones, pero no creo que vengan a cuento. Sigo estudiando como una posesa, y junto con unos amigos, entre ellos una de mis mejores amigas (y una persona maravillosa a la que te hubiese encantado conocer) hemos montado un proyecto nuevo, para resarcirme de la revista y del periódico. Al final sí que me voy de Erasmus, los 9 meses, y me voy en agosto. Volveré en navidades, y luego finalmente el 30 de junio.
He prometido bajar más al pueblo, para ver a los primos entre otras cosas, pero para iros a ver a tí y al abuelo de vez en cuando. Para contaros un poco cómo me va y cómo voy avanzando en este mundo.
Sé que probablemente todo esto ya lo sepáis, pero quería contároslo yo. Sé que estáis en "Un Lugar Mejor" y que algún día, todavía lejano, muy lejano, podamos encontrarnos de nuevo.
Espero que los dos estéis bien y que nunca, nunca, dejéis de darme este apoyo.
Os echo de menos.
Vuestra nieta,
Marina.