martes, 10 de julio de 2012

Cara de gilipollas. O quizás sólo de imbécil. Pero cara de tonta.

Nadie me advirtió nunca lo que significaba tener una relación así. Una relación que duró lo que tenía que durar, una ruptura a la que no quiero buscar culpables. Nadie me advirtió que no puedes amar sin dejar atrás el pasado, y mucho menos olvidar las consecuencias de cada pequeña cosa que hagas. 

Tampoco me contaron que iba a ser difícil, pero que más difícil es superar una ruptura y no seguir pensando en todo lo que ha sucedido meses atrás. No puedo olvidarlo. Y de hecho no lo olvidaré.

7 meses. Se dice pronto. 7 meses en los que ha habido de todo. 7 meses en los que creí encontrar estabilidad.  7 meses que no olvidaré porque han significado mucho para mí.

Sigo parándome a pensar en muchas cosas, y a seguir llorando de vez en cuando. Al fin y al cabo llorar no es malo; aparte de desahogarte eliminas toxinas y te relajas. Pero muchas veces ni llorar me deja tranquila. No me arrepiento de nada, y mucho menos de haberlo dejado. No me arrepiento de haber empezado, de haber hecho el amor con él. Nada, cero. Todo está bien. Pero sin embargo... Hay algo que me duele. No sé lo qué es ni por qué duele. Y quizás es mejor que no lo sepa. 


No quiero saberlo porque muy probablemente empiece a recordar qué pasó con Ángel y con Pablo. Qué pasó con aquellos chicos que me robaron besos y que por unos pocos meses me hicieran sentir una chica feliz. No quiero seguir recordando el daño que nos hicimos mutuamente por no ser valientes y decirnos las cosas a la cara. Por no ser sinceros, por no tener comunicación. Por una tontería como "no me llames así que no me gusta" o "no me mandes tantos mensajes ni toques porque estoy trabajando". Por tonterías como esas tanto ellos como yo nos hicimos daño; herimos de muerte algo que podía haber salido bien


Tengo miedo a enamorarme. Tengo miedo a ser o demasiado sincera o a callármelo todo. Tengo miedo de seguir haciendo daño. Dicen que de la experiencia se aprende y que de los errores también, pero parece ser que yo no. Que he vuelto a caer en lo mismo, a enamorarme demasiado rápido. O simplemente a buscar a alguien que me diera cariño porque me sentía demasiado sola. 

No entiendo por qué tengo que estar pensando en esto. No debería hacerlo. No puedo permitirme seguir pensando en todo esto una y otra vez, constantemente desde hace 4 meses. Noches en vela pensando en todo esto. Noches que he perdido comiéndome la cabeza por algo que ya carece de valor. Noches en las que sigo pensando que debo seguir adelante, en seguir pensando en acabar la carrera. Noches en las que no duermo porque los recuerdos pesan demasiado. Recuerdos que creía almacenados en algún sitio, guardando polvo en alguna estantería de mi subconsciente. 


No quiero seguir así, no puedo permitírmelo. Supuestamente estoy en la flor de la vida, viviendo un momento único que nunca volveré a ver. Quiero dejar de pensar en esto, de seguir comiéndome el coco por las noches por lo que hubo y pudo ser o no ser. Quiero pensar en ello de vez en cuando pero como algo bueno, no como un recuerdo que pese. Y creo que no voy por el mejor camino.

Tengo que ser fuerte, tengo que repetirme a mí misma que no puedo seguir así. Tengo sueños, aspiraciones, muchas cosas por hacer, y desgraciadamente poca vida por delante. No debo (ni quiero) seguir anclada en el pasado. Tengo que seguir delante. Y lo haré, aunque tenga que borrarte de mi vista (y de mi vida) durante un tiempo. Helsinki es una oportunidad de poder cambiarlo todo. Y creo que no la desaprovecharé.

No quiero que esto se tomen como unas disculpas, simplemente son... Cosas. Pienso demasiado sobre todo y luego pasa esto. Es un simple desahogo, ya está. No le busquéis los tres pies al gato porque esto no lo tiene. Es lo que pienso ahora mismo, y ya está. Me cuesta recuperarme de los golpes, en gereral de todo. Si habéis conseguido llegar hasta aquí, enhorabuena. No creo que todo el mundo pueda leerse esto sin abandonarlo. En fin, que me rallo mucho y tal.

Son las 2.18 de la madrugada, mañana tengo mi último examen de 2º de carrera y no tengo ni un ápice de sueño. Que alguien se apiade de mí mañana. Y de nuevo os doy las gracias a los valientes que se leen estos tochos. Se os quiere.