sábado, 18 de junio de 2011

De un año a hoy: conclusiones, razonamientos y pensamientos en voz alta [Bad Side]

No sé muy bien cómo empezar a escribir todo lo que tengo ahora en mente. Más bien lo llevo teniendo desde hace un par de días... Quizás ha sido porque me marcó especialmente o por alguna razón que ahora mismo no alcanzo a entender.


Intentaré ser breve ya que lo más probable es que ni merezcas estar mencionado aquí, pero creo que algún día esto iba a salir por algún lado.
Empezaremos remontándonos a hace un año, más menos. Aproximadamente por el mes de junio. Selectividad. Fin de una etapa. Comienzo de otra. Estrés. Nervios. Tú. Casualidad de la vida que nos conocimos... ¿Accidente? Puede ser. ¿Cosa del destino? También. Aquí todo es posible.


Empezamos a salir. Fue una relación breve. Me cansaste a las 3 semanas. Demasiado. Dabas demasiado. Y ya sé que siempre se dice esa frase de... Nunca nada es demasiado. Tú fuiste capaz de llegar a mis límites, sobrepasarlos una vez, dos, tres... Diste más de lo que yo podía dar; recibí más de lo que podía recibir. Empalagoso. A veces retorcido. Rematadamente romántico. Quizás demasiado para mí.


Ruptura. Peleas. SMS. Intenciones de volver. Otra. Sales con ella. 


¿Y después de eso qué? ¿Qué nos queda? NADA. Tú estás muerto para mí, aunque esto parezca lo contrario. Necesitaba decirlo, gritarlo a los 4 vientos. Que todo el mundo se entere.


Molestaste a sangre de mi sangre. La picaste, lo pusiste en su estado de Tuenti para que todos sus contactos lo vieran. Qué huevos los tuyos, ¿eh? Qué valiente. Si tienes algún problema, dímelo a la cara. Habla conmigo. Cuéntame. Insúltame si quieres. Mi respuesta siempre será la misma: No hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Aunque tú, con tu mentalidad de niño pequeño serías incapaz de contestarme sin remitirte a ciertos privados y ciertas cosas. 


¿Y qué haces ahora cuando me ves? En las expos te comportas como un adulto: vestido con tu traje de Terminator, me apuntas a la cara con tu escopeta de aire comprimido. Y en la última me soltaste: No está cargada, pero ojalá lo estuviera. Gracias por darme a conocer tu profundo rencor hacia mi persona. Se nota que has madurado bastante. Odio ponerme violenta, pero tú me sacas de mis casillas. Me revientas. Desde aquí te mando una advertencia que deberías tener en cuenta: apúntame otra vez con tu arma y no seré responsable de mis actos. Apúntame otra vez con tu arma y te daré la paliza de tu vida. Apúntame otra vez con tu arma y sólo me pararán cuando vaya a matarte.


Yo no quería malos rollos, pero tú lo has conseguido. Enhorabuena, gilipollas. Te mereces una buena ostia para quitarte la tontería de encima.


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Disculpadme por la entrada en general; algún día iba a salir y no precisamente bien. De verdad que lo siento. Algún día haré una entrada de lo que pasó hace un año quitando a este individuo; hoy no estoy demasiado concentrada.

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