viernes, 20 de abril de 2012

Confesiones

No sé si es demasiado pronto o demasiado tarde para esto, no lo sé. Ojalá lo supiera.

No pretendo muestras de simpatía con esto, y mucho menos que la gente se apiade/compadezca de mí. Si lo queréis leer bien, si no, no os voy a obligar a hacerlo. No creo que sea justo.

Intentaré ser clara, todo lo que mi mente me lo permita.

Mi situación actual sigue siendo la misma que hace unos años... Unos 7 años, más o menos. 7 años. Tengo casi 20. 7 años ahora mismo son muchos para mí, demasiados. 7 años en los que prácticamente he vivido en el maldito infierno. Sí, ha habido momentos buenos, pero son escasos, se me escapan de entre las manos. Momentos de los que me voy olvidando poco a poco. Nada ha cambiado, sólo el escenario de la obra. Mentiras, daño. Más mentiras, más daño. Odio, rencor, celos, crueldad. ENVIDIA. IRA. Mucha mierda acumulada durante este tiempo.

¿Sabéis lo que pasa? Que me he hartado de los mentirosos, de la gente queme vilipendia a las espaldas, de la gente que incumple sus promesas, de la gente que aparenta lo que no es, de la gente que FINJE llevarse bien conmigo, de todos esos que me han dado puñaladas. De los ENVIDIOSOS, de los APROVECHADOS. De todos vosotros, todos esos que han conocido mi faceta bonita. Señores, esto se acabó. No, no os estoy dando la victoria ni nada [más quisiérais vosotros, infelices], sólo es una advertencia. Preparaos, porque a la próxima, no os la voy a pasar. 

Estoy harta de callarme y de aguantar. Estoy harta del sufrimiento. Durante unos tres años he estado notando cómo me iba pudriendo por dentro, cómo estaba dejando que mi monstruo me fuera devorando, un monstruo que creí enterrado hace tiempo. He dejado de ser una reprimida, he liberado a mi monstruo. Lo más probable es que haya despertado de una vez por todas a mi verdadero yo: cruel, irónica y con ganas de destrucción y pelea. Podéis tomároslo a coña, pero empiezo a sospechar que es así. Quizás he recibido el apoyo de la gente equivocada, quizás he tomado un camino que no me pertenece, quizás he querido para mí la gloria de otro. 

Quiero alejar todo mal de mí, pero eso significaría quitarme a mí misma de en medio. Soy mi peor enemigo. Todo ese odio acumulado, toda esa ira que quiere salir... Es lo que me ha hecho así ahora mismo. Soy incapaz, más o menos, de ver un futuro decente para mí, todo es oscuridad. Sé que la luz está ahí, pero no puedo verla. Sin embargo, no estoy tan mal. Estoy haciendo lo que quizás debí hacer años atrás, pero que por miedo ni siquiera lo intenté. Pero ahora no tengo miedo, o quizás se me ha ido olvidando poco a poco.

Ahora mismo deseo fervientemente que mucha gente desaparezca, que se evapore. Algunos han empezado ya, a otros les queda poco y a un puñado aún les queda.

Sigo pensando que la muerte de mi abuela me ha afectado bastante. Sigo pensando qué he hecho mal en esta vida, en qué me he equivocado para ser así y estar como ahora. Puede que la culpable sea yo misma, pero no lo sé. Puede que algún día lo descubra de una vez por todas.

Creo que tendré que acostumbrarme a esto, o intentar encontrar una salida de este infierno personal. No tengo más opciones.

Hasta entonces... Seguiré conviviendo con mi monstruo.

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